La digitalización de nuestros servicios financieros ha facilitado enormemente nuestra vida, pero también ha abierto la puerta a nuevos tipos de estafas. Una reciente sentencia de la Audiencia de Oviedo nos recuerda la importancia de conocer nuestros derechos como consumidores y la responsabilidad de las entidades bancarias en la protección de nuestros datos.
El reciente caso que implica a Unicaja
En un caso que ha generado gran interés, la Audiencia de Oviedo ha condenado a Unicaja a indemnizar con 4.690 euros a una clienta que fue víctima de una estafa a través de un SMS fraudulento. Los ciberdelincuentes, mediante una sofisticada técnica de suplantación de identidad, lograron engañar a la víctima para que revelara sus datos bancarios y realizar transferencias no autorizadas.
El tribunal ha considerado que, aunque la clienta incurrió en una cierta negligencia al facilitar sus datos, esta no fue suficiente para eximir al banco de su responsabilidad. El magistrado ha destacado que el diseño de la estafa era tan elaborado que resultaba fácil caer en la trampa, incluso para usuarios sin conocimientos técnicos avanzados.
¿Qué implica esta sentencia?
Esta sentencia establece un importante precedente en materia de responsabilidad de las entidades bancarias en los fraudes online. Los bancos tienen la obligación de implementar medidas de seguridad adecuadas para proteger los datos de sus clientes y deben responder por las pérdidas económicas que estos puedan sufrir como consecuencia de una estafa, incluso si el cliente ha cometido algún error.