En plena época navideña, las compras se convierten en las protagonistas de todos los hogares ante la llegada de cenas y reuniones familiares. Lo habitual es que no haya imprevistos en ellos, pero en ocasiones surgen, como en el caso de alimentos en mal estado.
¿Por ser Navidad cambia la política de devoluciones? ¿Cuáles son los derechos de los consumidores?
Lo habitual en alimentación es que depende de la política de cada establecimiento, ya que la ley no obliga a permitir cambios ni devoluciones. Una excepción son los productos en mal estado, como los alimentos perecederos –por ejemplo, el marisco-, que sí se permitiría devolverlos al establecimiento.
Si el negocio se niega a tramitar la devolución, además de reclamar daños y perjuicios, es muy importante presentar una hoja de reclamaciones a través de la Oficina de Consumo, aportando el recibo de la compra y toda otra prueba documental que ayude a acreditar las circunstancias.
En el caso de las grandes superficies, la mayoría de ellas cuentan con una política de cambios y devoluciones a disposición de los clientes.
En el caso de que la compra se realice por internet, existe el llamado derecho de desistimiento, que permite devolver, en los 14 días siguientes a la compra, cualquier producto adquirido a distancia sin necesidad de motivo o justificación alguna. Este derecho se aplica a cualquier tipo de mercancía a excepción de productos perecederos que pueden deteriorarse o caducar con rapidez.
Tampoco es posible solicitar la devolución de bienes precintados, si al recibirlos se les ha quitado dicho precinto de seguridad, o artículos que por razones de salud o higiene no son aptos para su devolución (es el caso de las prendas íntimas tanto de hombre como mujer).
Por último, el derecho de desistimiento no es aplicable a productos que, tras ser entregados y por su propia naturaleza, se hayan mezclado con otros bienes. Y, según las circunstancias y el producto en concreto, tampoco pueden ser devueltas bebidas alcohólicas, revistas o periódicos.
