Te explicamos los motivos por los que es conveniente otorgar testamento cuando se tienen hijos aunque se sea joven y no se tenga patrimonio.
La conveniencia de hacer testamento no depende de tener más o menos bienes o edad sino que es una garantía para no dejar problemas después del fallecimiento.
Podría decirse que el testamento ahorra gastos innecesarios y evita problemas familiares.
Con testamento, todo es más sencillo.
El hacer testamento facilita la herencia. En caso de no tener testamento se deberá tramitar una declaración de herederos ante Notario, que retrasa la herencia unos meses y, lo que es más importante, impide que se dispongan los bienes durante ese tiempo (imagínese unos saldos en cuentas bancarias, los bancos no permitirían que se dispusiera de ellos hasta que no se presentara la declaración abitestato notarial)
Además de este retraso y los perjuicios que conlleva, la falta de testamento supone incurrir en gastos añadidos por la tramitación de esa declaración de herederos.
La desprotección del viudo.
Si no se hace testamento heredan por partes iguales los hijos pero el cónyuge viudo puede quedar totalmente desprotegido.
Lo habitual es dejar al marido viudo o a la mujer viuda el usufructo universal de la herencia, es decir, permitir que se pueda beneficiar de todo lo que generan los bienes que antes eran de los dos. Pero lógicamente sin poder disponer de los bienes de la herencia que serán propiedad de los hijos.
Cuando el viudo fallezca, entonces sí, los hijos heredarán los bienes sin ninguna limitación.
Tutor en caso de desgracia.
El testamento nos permite además prever situaciones excepcionales como es por ejemplo designar un tutor para los hijos menores de edad, en caso de que pudieran quedar huérfanos, que nos asegure que serán protegidos por alguien de nuestra confianza.